jueves, 19 de mayo de 2011

El Buen Pastor

AL HILO DEL EVANGELIO (14)

Jn 10,1-10

Jesús, el Buen Pastor.

‘Yo he venido para que los hombres tengan vida y la tengan abundante’

¿Cómo podemos acoger esta vida que Jesús nos ofrece? ¿Cuáles son los pasos que hay que dar? Una parábola para explicárnoslo

‘Las ovejas escuchan su voz’

El primer paso es la escucha de la voz del Buen Pastor. Habituarse a escucharlo, a prestar atención, a reconocer su voz entre tantas otras voces que se oyen.

Escucharlo no es cuestión de momentos, de ratillos esporádicos, sino de fidelidad cotidiana. Se reconoce lo que se conoce.

‘Él va llamando por el nombre a sus ovejas y las saca fuera’

A cada una la llama por su nombre. Así es en la relación con el Señor: él nos conoce personalmente, a cada uno por nuestro nombre. Para Dios, no somos uno más, ‘somos preciosos delante de sus ojos’.

‘Camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen’

El es el Maestro, nosotros sus discípulos. ¡Dichosos si vivimos con serenidad esta relación!

‘Porque ellas conocen su voz’

Entre el Maestro y el discípulo se establece una relación estrecha, una familiaridad íntima. ¡Su voz es inconfundible! Es a ella a quien hay que seguir.

‘Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron de qué les hablaba. Por eso añadió Jesús:

--…’Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y, salir, Y encontrará pastos.’

Jesús es el camino de la salvación, de la vida que no termina. Quien toma este camino puede entrar y salir libremente, vive en libertad.

¡Feliz tiempo Pascual!

Un abrazo. Fraternalmente.

Fernando García

 

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