miércoles, 11 de abril de 2012

NO ESTA AQUÍ, HA RESUCITADO

Jn 20, 1-18

He llegado al final de este trimestre bastante cansado.  Los jóvenes se marcharon a sus casas apenas terminaron las clases en el Seminario (29 de marzo). Estos días de ‘desierto’ me han venido bien para recuperar las fuerzas y afrontar la vida cotidiana con serenidad y paz. Los días pascuales los he vivido con la comunidad cristiana más cercana a nuestra comunidad. Jueves, Viernes y Sábado, la Iglesia repleta de personas que han participado muy activamente en los diferentes misterios litúrgicos. El Via-Crucis del Viernes Santo por la mañana, tantísima gente por las calles del barrio en silencio, orando, cantando. Un testimonio de verdadera fe.

Y la celebración de la Resurrección precedida de un auténtico temporal de agua.

Y ahí estoy todavía… ¿Qué es la Resurrección?, ¿en qué consiste? Me ha ayudado a entrar en el tema la respuesta que daba un monje en una entrevista hecha en la revista Prier de este mes. El periodista le preguntaba:

-      “Después de tantos años en la clausura, el rostro de Cristo se descubre/revela un poco para ti?

-      Lo importante no es que yo vea Su rostro, sino que constato que Lo busco continuamente!”

La Resurrección es cosa de corazón. Veo a Maria de Magdala y no puedo pensar en otra cosa: encuentra al resucitado porque lo ama, y quien ama se esfuerza, supera los obstáculos, no tiene cuenta de qué dirán, nada puede detener el deseo profundo de encontrarse con el Amado, ni siquiera la evidencia de la tumba vacía. El pensamiento, la razón vienen después.

¡Feliz Pascua de Resurrección!

Fraternalmente. Fernando