lunes, 27 de abril de 2015

Lágrimas de tristeza



26 Abril. Después de la celebración de la Eucaristía esta mañana había quedado en ir a ver a una señora. De camino a su casa, unas señoras que me acompañaban me dicen que hay una familia en duelo, que si podemos pasar a verlos. Preguntando me dicen que son tres hermanos de 8, 5 y 3 años que han muerto el viernes pasado en un incendio. Sucedió en Yaoundé y ayer los trajeron para enterrarlos en la casa familiar. No puedo creérmelo.
Conforme nos acercamos a la casa, vemos toda la gente que ha venido a acompañarlos. Nos encontramos con las abuelas paterna y materna y con la familia. Se acercan los padres, jóvenes, rostros entristecidos, con las miradas perdidas. No puedo contener las lágrimas de dolor y de impotencia. ¡Es demasiado! Murieron en la casa y no saben cómo se inició el fuego, pues la casa no tenía luz ni había gas. Viven de alquiler.
Sólo nos queda la oración: cantamos y oramos a Dios nuestro Padre. Al final, me acerco a los padres para darles la bendición del Señor. Se hincan de rodillas y en silencio oramos. Hubiese deseado permanecer todo el tiempo necesario para aportar un poco de consolación. Se ponen de pie y me dicen: "gracias, padre". Ha sido la primera vez que nos hemos visto. Las lágrimas aparecieron de nuevo en mis mejillas.
De vuelta a casa, me digo: ¿por qué los pobres y siempre los pobres? Las palabras se ahogan en el silencio.

Un abrazo
Fernando