lunes, 18 de abril de 2011

Semana Santa

AL HILO DEL EVANGELIO (10)

Mt 21,1-11

Cuando se acercaban a Jerusalén y llegaron a Betfagé, junto al monte de los Olivos, Jesús mandó dos discípulos, diciéndoles:

-- Id a la aldea de enfrente, encontraréis enseguida una borrica atada con su pollino, desatadlos y traédmelos. Si alguien os dice algo, contestadle que el Señor los necesita y los devolverá pronto.

Esto ocurrió para que se cumpliese lo que dijo el profeta: "Decid a la hija de Sión: 'Mira a tu rey, que viene a ti, humilde, montado en un asno, en un pollino, hijo de acémila'."

Fueron los discípulos e hicieron lo que les había mandado Jesús: trajeron la borrica y el pollino, echaron encima sus mantos, y Jesús se montó. La multitud extendió sus mantos por el camino; algunos cortaban ramas de árboles y alfombraban la calzada. Y la gente que iba delante y detrás gritaba:

-- ¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Hosanna en el cielo!

Al entrar en Jerusalén, toda la ciudad preguntaba alborotada:

-- ¿Quién es éste?

La gente que venía con él decía:

-- Es Jesús, el Profeta de Nazaret de Galilea.

Jesús entra en Jerusalén. Lo que retiene mi atención es la manera de hacerlo: montando un borriquillo. Y así entra. No ha escogido medios potentes. Jesús ha hecho la opción por la humildad. Su entrada en Jerusalén puede resumir su vida: la verdad se manifiesta en la humildad.

Es el camino de entrada en esta semana grande.

¡Feliz semana Santa!

Un abrazo. Fraternalmente.

Fernando García

 

 

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