lunes, 25 de abril de 2011

Domingo de Resurrección

AL HILO DEL EVANGELIO (11)

Mt 28,1-10

Domingo de Resurrección. Es la primera experiencia cristiana: Jesús, ése que han crucificado, está vivo. ¿Cómo darse cuenta de ello? ¿Cómo llegar a sentirlo?. El Evangelio de hoy nos da algunas claves.

En la madrugada del sábado. Al alborear el primer día de la semana, fueron María la Magdalena y la otra María a ver el sepulcro. (…)

El ángel habló a las mujeres:

-- Vosotras no temáis, ya sé que buscáis a Jesús el crucificado. No está aquí: ha resucitado, como había dicho.

Antes de amanecer, allí están, María la Magdalena y la otra María. En camino. Quieren ver el sepulcro donde está el cuerpo de Jesús. Estando en ello, reciben la noticia que ya no está ahí, que ha resucitado.

Sólo buscaban estar al lado del cuerpo sin vida de aquel que las había amado. María la Magdalena llevaba grabada en su corazón la mirada de ternura que un día le dirigió Jesús.

Amaba a Jesús. Le quería. Y ahí recibe la buena noticia.

Esta es una primera clave: ponerse en camino, buscar al ‘Amado’. En esa búsqueda, Dios te sale al encuentro anunciándote el don de la vida.

¡Jesús está vivo!. No es fácil decir cómo se pasan las cosas, qué ha sucedido, cómo lo he sentido. Sencillamente, ha sido así.

Pienso que la experiencia humana más próxima es la del enamoramiento. No se sabe cómo, de qué manera, pero algo fundamental ha pasado en mi vida. De tal manera que, a partir de ese momento, hay un antes y un después. Ningún otro lo ha visto, sólo nosotros dos. ¡Es todo!.

En esta semana santa, hemos visto en comunidad (gracias a la amabilidad de los amigos en el Señor), por dos veces, la película ‘Hombres y Dioses’ sobre la vida de los monjes cistercienses asesinados en Argelia en 1996. La escena entre el Hermano Luc y la joven que viene a trabajar al monasterio podría iluminar esta experiencia. Ella siente el amor por alguien y le pregunta al Hermano Luc cómo se pasa todo ello. El le explica lo que se siente -desconcierto, agitación, sobresalto… pero extraordinariamente bello-. Y ella le pregunta: ‘¿y tu, nunca te has enamorado?’. ‘Sí, varias veces cuando era joven’, le responde. ‘Luego llegó otro amor, Jesucristo. Hace de eso ahora sesenta años’.

Venid a ver el sitio donde yacía e id aprisa a decir a sus discípulos: "Ha resucitado de entre los muertos y va por delante de vosotros a Galilea. Allí lo veréis." Mirad, os lo he anunciado."

Ellas se marcharon a toda prisa del sepulcro; impresionadas y llenas de alegría corrieron a anunciarlo a los discípulos. De pronto, Jesús, les salió al encuentro y les dijo:

-- Alegraos.

Ellos se acercaron, se postraron ante él y le abrazaron los pies. Jesús les dijo:

-- No tengáis miedo: id a comunicar a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán.

¿Qué lugar para encontrarlo? Galilea. En la vida cotidiana, la de todos los días, días de rosa y días grises, saber alzar la mirada y desear encontrarse con el Amado.

¡Feliz semana Pascual!

Un abrazo. Fraternalmente.

Fernando García

 

 

 

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