¡El Señor te bendiga y te guarde!
¡El Señor haga resplandecer su rostro sobre ti y te mire con buenos ojos!
¡El Señor vuelva hacia ti su rostro y te de la paz!
(Núm. 6,22-27)
Iniciamos un nuevo año. ¡Que la bendición del Señor te acompañe!
Me gustaría que esta frase, que el evangelio de Lucas aplica a Jesús, te acompañase durante los 365 días del nuevo año: “Jesús iba creciendo físicamente, progresaba en sabiduría y era agradable a Dios y a los hombres.” (Lc 2,52)
Día tras día, ser una persona agradable en la manera de hacer las cosas, de hablar, de pensar, de colaborar, de mirar hacia el futuro… En casa, en el trabajo, con los amigos, en la comunidad, en la asociación… Con la familia, con los niños, con los jóvenes, con los adultos, con los ancianos…
Que en este año, tu vida sea “como un perfume de olor agradable” (San Pablo).
¿Qué mejor regalo podemos pedir a los Reyes?
¡Feliz Año Nuevo 2011!
Un abrazo. Fraternalmente.
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