jueves, 21 de octubre de 2010

Un nuevo curso

21 octubre 2010

El nuevo curso ha empezado para nuestra comunidad con el mes de Octubre. La primera semana ha estado dedicada, en primer lugar, al retiro espiritual y, a continuación, a la programación del nuevo año.

Hemos comenzado con cinco días de oración y meditación de la Palabra de Dios. El tema del retiro ha sido: “Ser cristianos”. La tentación es de dar por hecho lo que constituye nuestra vocación primera y fundamental: seguir al Señor Jesús, caminar con Él, dejarse modelar por sus palabras, sus sentimientos, sus acciones, sus pensamientos… Esto es cuestión de día a día, como el agua que lentamente va empapando la tierra.

Y la programación. Buscar, dialogar, reflexionar, compartir nuestros deseos para el nuevo año. Y la verdad es que ha habido un ambiente muy agradable, con mucha libertad interior y mucha alegría.

Este es el grupo de lo que aquí llamamos los “de la Filosofía”. Son tres cursos consagrados especialmente a las materias filosóficas. A ellas se añaden ciertas materias de introducción bíblica y teológica, además de las lenguas.

Este año los jóvenes en formación durante este período son doce: seis del primer año. Tres del segundo y tres del tercero. Provienen de Douala, Bafoussan, del Norte y uno es del Chad.

La semana siguiente han llegado los que aquí llamamos los “de la PAF” (primer año de formación). Son siete, con edades comprendidas entre los 24 y 16 años. Serge, el benjamín, nos ha sorprendido a todos. Ha obtenido el BAC sin apenas dificultad con 15 años. Ahora tiene 16. Ha empezado el acompañamiento vocacional el año pasado. Cuando vino a la sesión vocacional en Julio, me sorprendió por su capacidad de reflexión, la profundidad en el compartir y la seriedad con la que afrontaba el día a día. Vista su joven edad, le hice la propuesta de ir a la universidad y hacer una licencia antes de incorporarse a la comunidad. Le dije que la última palabra la tenía él. Antes de volver a casa, me dijo: “yo siento el deseo profundo de dar mi vida al Señor anunciando su Evangelio a quien no lo conoce todavía. Si debo esperar por mi edad, dime qué puedo hacer en la universidad que sea provechoso para mañana servir mejor la misión.” Sus padres, cristianos muy activos en la vida parroquial, lo han apoyado. Y aquí está.

Mi jornada os la podéis imaginar: caminar con ellos. Considero como un regalo del Señor la presencia en esta comunidad de cada uno de ellos. Y en medio de ellos, me siento con la confianza que el Señor me da cada día.

Ayer por la tarde, los tres amigos del tercer año de Filosofía hicieron la entrada al postulantado. Fue un momento bonito, alegre. Ponerse en las manos del Señor, dejando que sea El quien guíe sus vidas. Un gesto de gran confianza. Y eso es la fe.

 

Un abrazo. Fraternalmente.

Fernando García

 

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