domingo, 24 de octubre de 2010

DOMUND

24 octubre 2010

Domingo Mundial de la Evangelización a todos los pueblos. Es un día muy entrañable para todos nosotros, misioneros esparcidos por los diferentes rincones de nuestro mundo.

Acabo de celebrar la Eucaristía de las 6:30 de la mañana. Toda ella impregnada del mandato de Jesús: “Id por todo el mundo y anunciad la Buena Noticia a todas las criaturas. Sabed que yo estoy con vosotros hasta el final de los tiempos”.

La ocasión de recordar mis primeros pasos en este camino. Una cosa está clara en mí: el deseo de anunciar el Evangelio surgió como un imperativo cuando el Señor Jesús me salió al encuentro. Un “no puedo hacer de otra manera”. Descubrir el amor del Señor en mi vida, en mi historia; su presencia cariñosa, amable, alentadora… fue verdaderamente fascinante. Y conocer su proyecto de amor, de justicia, de reconciliación, de paz, de fraternidad universal… Y el conocerlo cedió paso al amarlo. En mi mente está las palabras que un día leí de la madre Teresa de Calcuta: “lo que nosotros podemos hacer es como una gota en el océano, pero es esa gota la que da sentido y plenitud a nuestras vidas”. Y el océano se compone de muchas, muchísimas gotas. La fe en el Señor, en su promesa nos dice que ese proyecto se está realizando.

Anunciar la Buena Noticia del amor de Dios a quien no ha tenido la ocasión de escucharla. Es una tarea apasionante. Cuando miro, durante estos años de vida misionera, a todas las personas que he conocido, que han acogido esta Buena Noticia, y veo la felicidad en sus rostros, la mejora en la calidad de sus vidas -sí, ¡vidas más humanas!-, no puedo que agradecer a Dios por ser testigo de su obra. ¿Quién soy yo para que el Señor siga confiando en mí?

Al terminar la Eucaristía, he participado al encuentro que el comité de Justicia y Paz de este Parroquia organiza dos veces al mes. El tema de hoy ha sido como nos estamos preparando para la las próximas elecciones presidenciales que tendrán lugar el año próximo en el país. La primera cosa es animar y sensibilizar a todos los ciudadanos de inscribirse en las listas electorales. Es tanto el desencanto que se respira, que el sentir generalizado es de no participar. Que vote o no todo seguirá igual. Al empezar el encuentro, el secretario ha preguntado: “¿qué es lo que nos motiva a participar en este comité de JP?”. Las respuestas tenían la misma dirección: luchar porque el proyecto de Dios avance.

Esta Iglesia ha celebrado no hace mucho tiempo los primeros cien años de vida. Y yo me digo parafraseando a san Pablo: si no hubiera habido misioneros capaces de venir aquí para anunciar el Evangelio, ¿cómo hubieran podido escuchar esta Buena Noticia? Eh, sí, toda persona humana tiene el derecho de escuchar esta Buena Noticia.

Y hoy, ¿quién irá? Es cuestión de amor

 

Feliz Domingo Mundial de la Evangelización a todos los pueblos

Un abrazo. Fraternalmente.

Fernando García

 

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