31 agosto 2010
A lo largo de este mes he recibido varios mensajes e-mail de los jóvenes de nuestra comunidad que se encuentran con sus familias desde mediados de Junio. Todos ellos están realizando o han realizado un periodo de trabajo allí donde han podido encontrarlo, pues son muchas las solicitudes y pocas las ofertas. Uno de ellos al inicio de Julio me decía por teléfono: “Estoy luchando por encontrar algo, pero es difícil”.
Los trabajos han sido de lo más variado: taller de planchado, contabilidad de varias tiendas de telefonía móvil, guarda nocturno de una empresa, un cyber café, peón de albañil, una cooperativa de micro finanzas, venta de los residuos de cebada en la fabricación de la cerveza, ayudante en un bar …
Entre los mensajes recibidos, comparto con vosotros uno de ellos.
“¿Cómo te encuentras? Espero que la sesión vocacional haya terminado bien. Confieso que he sentido el deseo de compartir contigo todas las experiencias bonitas que estoy viviendo en este periodo. Porque creo que es gracias a vosotros que yo hago y comprendo muchas cosas. Comprendo, por ejemplo, que la finalidad del trabajo o stage de vacaciones no es en primer lugar económica. Comprendo que me habéis pedido de hacerlo con la finalidad de adquirir una buena formación humana, y sobre todo de poder confrontarnos a la realidad cotidiana que es la de la mayoría de personas de nuestra sociedad. Con toda franqueza, os doy las gracias sinceramente, y oro al Señor para que los otros compañeros comprendan y aprecien esta iniciativa en su justa medida
¿Qué puedo compartir? Varios días he comenzado a trabajar sin nada en el estómago, simplemente porque no había nada. En ese momento me he enfadado, pero por la noche cuando he hecho la revisión de la jornada, he comprendido la gran lección que se escondía. Me he acordado de lo que me decía mi padre cuando volvía del trabajo, que a menudo no había tomado nada por la mañana. En ese momento, una tal afirmación no me decía absolutamente nada. Hoy me alegro de esta experiencia de trabajo que refleja la cotidianeidad de muchos cameruneses que se alimentan con el sudor de sus frentes….
Entre las dificultades que encuentro en este período está el hecho de que no logro encontrar tiempo material para leer las obras del autor sobre el que quiero hacer la memoria final del ciclo filosófico. Y no logro encontrar tiempo porque cuando vuelvo a casa por la noche me encuentro muy cansado. Pero creo que voy a encontrar una solución.
Espero que no te haya cansado de leerme. Era importante par mí compartir contigo esta bonita experiencia, que se está haciendo gracias también a tu ayuda. Gracias. Unidos en la oración. Antoine.”
Un abrazo. Fraternalmente.
Fernando García
No hay comentarios:
Publicar un comentario