Participo semanalmente en un grupo de vida cristiana. Se llama 'Parole de Dieu' (Palabra de Dios). En Agosto tuve la ocasión de hacer un retiro de cinco días organizado por ellos. Fue una experiencia interesante. Desde entonces, cada martes por la tarde, siempre que puedo, ahí estoy compartiendo con ellos el eco de la Palabra de Dios de la semana.
Es un compartir muy enriquecedor. El grupo está compuesto de unas cuarenta personas. Es bastante variado, hay adultos, jóvenes y adolescentes.
El martes pasado, Jean, padre de familia, compartió brevemente su recorrido con el Señor. "Hoy día puedo decir que el Señor ha sembrado en mi corazón el deseo de amarlo. Cada día que se presenta es una ocasión única para mostrarle que yo le amo." Y prosiguió," me he dado cuenta que la mejor manera de mostrarle mi amor es tomando en serio la Palabra de Dios que Él me ofrece cada día. Intento llevar a la práctica el compromiso que nos damos cotidianamente en relación a la Palabra del día."
Y después de una breve pausa, concluye diciendo, "estoy viendo que cuanto más me esfuerzo por vivirla, más amo al Señor. Y esto me llena de alegría."
El movimiento 'Parole de Dieu', creado por un grupo de laicos cameruneses hace 15 años y hoy día extendido no sólo a lo largo y ancho del Camerún, sino también en una decena de países de Africa, Europa, América y Asia, propone, como pedagogía en el camino espiritual, la Palabra de Dios del día y añade un ejercicio práctico para concretizarla. He aquí algunos de los ejercicios propuestos:
- Hacer un esfuerzo para no dejarse guiar por la ira no importa las circunstancias que se presenten.
- Combatir una mala costumbre y escuchar al Señor leyendo con atención su Palabra.
- No juzgar a nadie, incluso si no llegas a comprender su comportamiento.
- Hacer un esfuerzo por se humilde en todas las acciones de hoy.
- Visitar un pobre o alguien que se encuentre en la necesidad.
- Ofrecer un gesto de perdón hacia una persona con la que tienes problemas o que se ha portado mal contigo.
El Reino de Dios va avanzando en la cotidianidad de nuestra vida.
Fraternalmente.
Fernando
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