sábado, 24 de diciembre de 2011

¡Feliz Navidad!

La Palabra era la luz verdadera

que ilumina a todo hombre

que viene a este mundo.
En el mundo estaba,

y el mundo existió por ella,

y el mundo no la reconoció.
Vino a los suyos,

y los suyos no la acogieron.

Pero a todos los que la acogieron,

a los que creen en ella,

los hizo capaces de ser hijos de Dios:

quienes no han nacido de la sangre

ni del deseo de la carne, ni del deseo del varón,

sino de Dios.

La Palabra se hizo hombre

y acampó entre nosotros.

Y nosotros contemplamos su gloria,

gloria que recibe del Padre como Hijo único,

lleno de lealtad y fidelidad

(Jn 1,9-14)

 

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