"Un sabio fue invitado a visitar el infierno. Los condenados estaban sentados alrededor de una mesa que contenía manjares exquisitos, pero todos ellos estaban tristes y demacrados porque Dios les había obligado a comer con unos palillos tan largos que no podían llevárselos a la boca. El sabio pensó que el infierno consiste en ver lo felices que podíamos haber sido y no serlo.
Luego visitó el cielo. Para su sorpresa, la mesa era igual y también los comensales
habían sido obligados a comer con los mismos palillos largos, pero todos estaban
alegres y con magnífico color porque cada uno daba de comer al que tenía enfrente.
Entonces el sabio comprendió que el cielo es preocuparnos del que está enfrente y el
infierno pensar sólo en nosotros mismos."
Una cuentecillo interessante para iluminar el Evangelio de ayer (Jn 13, 31-35)
¡Feliz semana! Fernando
Una cuentecillo interessante para iluminar el Evangelio de ayer (Jn 13, 31-35)
¡Feliz semana! Fernando
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