martes, 2 de octubre de 2012

De vuelta a Camerún

23 septiembre 2012
Estoy de nuevo en Bafoussam. El viaje de regreso ha sido bueno, muy tranquilo y puntual. En el aeropuerto de Douala estaban Jacques, Leonel, Joël, Pierre y Armando. Toda una delegación. Desde el aeropuerto a la casa -10 km-, más de una hora. Eran las cinco de la tarde. Tráfico densísimo. Pero eso sí, con mucha vida, gente por todas partes, coches, motos, à pie… África!
Ayer viajamos a Bafoussam -300 km-. Salimos muy pronto por la mañana, a las 5h30, para evitar el embotellamiento, porque nos han dicho que si esperamos a las 6h00, tenemos un par de horas para cruzar Douala -30 km-. El viaje, una gozada: verde, verde, verde. Los ojos lo agradecen. De vez en cuando, la lluvia. El calor de Douala, soportable gracias a la lluvia. Durante el trayecto, grandes plantaciones de plátanos, bananas, café, piñas.
Y la subida a la región del Oeste, 1800 m sobre el nivel del mar. Fresquito, fresquito. Subiendo, se ve entre las montañas algunas cascadas de agua.
Y Bafoussam, como ayer. Me siento en casa. La acogida en la comunidad ha sido emocionante. Ver de nuevo los rostros de los jóvenes en formación me ha emocionado. Me siento parte de esta familia.
Esta mañana, a las 9h00, he estado celebrando la Eucaristía en la Parroquia a la que pertenecemos, Ste Cécile. Era la segunda Eucaristía. La primera comienza a las 6h30. Hoy ha sido el primer día de la catequesis para los que se preparan para recibir el Bautismo durante tres años, y la Confirmación. La Iglesia estaba llena sobre todo de niños, adolescentes y jóvenes. Bien podía haber unas 800 personas La catequesis empieza a las siete de la mañana, y después participan en la Eucaristía. ¡Qué diferencia con lo que he visto en mi pueblo y pueblos de alrededor durante las vacaciones!
25 septiembre 2012
Estamos echando a andar. El grupo de la Philosophie está casi al completo. Días de limpieza, de pintar, de quitar las hierbas, de hacer el mercado,… y de revisar el medio de transporte al Centro de estudios. Tenemos una furgoneta de 19 plazas -Hiace Toyota-, pero desde hace unas semanas está bloqueada porque la carta memoria se ha cansado y no funciona. Hemos llamado al mecánico, Abraham, y ahí está en ello. Dos soluciones, o pasar al modo mecánico cambiando todo lo que hay que cambiar, o ir a Douala y buscar en el mercado negro una nueva a un precio asequible, pues en el concesionario TOYOTA de aquí, el precio se eleva a 1500 Euros. ¡Casi nada! Como él es de Douala, ya se ha informado y ha dicho que se puede encontrar con toda seguridad. Así que esta misma noche se ha puesto en viaje. A ver si hay suerte y mañana vuelve con ella.
26 septiembre 2012
Esta tarde ha llegado François, el que quedaba por llegar. Viene desde el Chad. Ha tardado dos días, cansado pero sonriente. Ha tenido algunas dificultades durante el viaje con los militares. Ha tenido que dar algo de dinero para que lo dejen continuar el viaje. Como es chadiano, bueno pues se aprovechan. ¡Triste! En uno de los controles le han pedido el carnet de vacunaciones, y le han dicho que le faltan dos: la del cólera y la del Sida. ¿Desde cuándo hay una vacuna contra el Sida? Imposible de razonar con quien no tiene cerebro. La única vacuna obligatoria es la de la fiebre amarilla, pero el pez grande se come al pequeño.
Abrahán ha vuelto de Douala con la carta memoria de la furgoneta. ¡Y marcha! ¡Ha arrancado!. Cuesta 400 Euros. Ha dado un anticipo y tenemos cuatro días para comprobar si marcha bien o no. Después de lo cual o se paga o se devuelve. Hemos dado una vuelta con ella y funciona bien.
27 septiembre 2012
Hoy ha llegado Armando, nuestro Superior Regional. Él nos va a acompañar durante el retiro espiritual de cinco días que haremos a partir del domingo por la noche.
30 septiembre 2012
Esta mañana junto a Jacques, Evrard y François hemos estado en la prisión central para la celebración de la Eucaristía. El total de los detenidos se eleva a más de 900 personas. Los que han participado a la Eucaristía eran en torno a los 100. Ha sido una sorpresa agradable ver lo bien que la habían preparado: moniciones de entrada y a las lecturas muy bien hechas, oración de los fieles, participación en la comunión y una coral con cantos muy bonitos.
Después de la Eucaristía, teníamos cita con el responsable del pabellón de los menores para establecer un calendario de presencia con los menores en el cuadro de la alfabetización y apoyo escolar. Nos ha mostrado la parte del pabellón que les corresponde. Destaca la limpieza y el orden. Nos dice que es algo en lo que él está luchando desde que es responsable. No quiere ver más a los adolescentes y jóvenes con la sarna y otras infecciones. El responsable es un detenido adulto en quien las autoridades tienen confianza. Nos dice también que el suelo del dormitorio, las literas así como la pintura ha sido un don de una familia italiana. Los menores tienen entre los 14 y 17 años. El número de ellos cambia a menudo, pues entran y salen con bastante rapidez. Ahora son 29. El año pasado llegaron a los 100.
Hemos quedado con ellos los Domingos, después de la Eucaristía, dar clase de apoyo escolar y alfabetización durante dos horas. Jacques, Evrard y François se encargarán de de ello. Yo los acompañaré de vez en cuando.
Volviendo de la prisión, nos hemos encontrado con Abrahán. Resulta que hoy termina el plazo para ver el estado de la carta memoria. Así que hay que seguir probando la furgoneta. Hemos dado una buena vuelta y en principio funciona bien, sin problemas. Así que hemos tenido suerte, y tocamos madera.
Abrahán nos conoce desde que era pequeño, pues ha crecido en una de las parroquias de Douala donde hemos estado los javerianos. Ha sido monaguillo y catequista. Después de obtener el BAC (equivalente a la selectividad) en mecánica, empezó a trabajar y ahora es responsable de un taller garaje de una empresa de transporte de viajeros por carretera. Gracias a él nos hemos ahorrado un buen pellizco.
Durante los próximos días tenemos el retiro espiritual con el que comenzamos el nuevo año escolar. Oración y escucha de la Palabra de Dios. Orad por esta comunidad misionera.
Hasta la próxima. Un abrazo. Fernando
 

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