sábado, 24 de octubre de 2009

Caminar con Jesús. en el Chad Nº 35

 

                                                                                                          14 octubre 2009

Marcel nos invitó ayer a su casa. La semana pasada me dijo que quería que antes que dejase Gaya, pasase un rato con su familia y que bendijese la cruz que quiere plantar en la entrada de su casa.

Ha sido un momento bonito y emocionante. En el momento de la oración ante la cruz, hecha con madera roja resistente, ha explicado el sentido de la cruz en la casa de una familia cristiana: sentirse acompañado por el Señor que da vida a quien le abre el corazón. Y ha continuado diciendo: "nuestra familia es cristiana porque hemos descubierto en el Señor Jesús la Palabra de Vida. En esta noche, queremos ofrecerle nuestra casa y nuestra familia, que El guíe nuestros pensamientos y nuestras acciones. Gu garak ma vi Yezuna huu taranga ni ana malan taranga ni namu (La cruz de Jesús en la casa quiere decir que el "jefe" -responsable primero- de esta casa es El).

 

                                                                                                          19 Octubre 2009

El Domingo 11 fue en Gaya, ayer ha sido en Domo. Despedirse, decir adiós, o más bien hasta la próxima vez. "¿Y cuándo será esta vez?", me han preguntado algunas personas. Y mi respuesta, "pues hasta que el Señor nos haga encontrarnos de nuevo".

Han sido días de muchas emociones, donde he recibido muchísimo cariño. Quizás, porque en el día a día, no nos damos cuenta de la profundidad de las relaciones que se van tejiendo alrededor nuestro, no me había dado cuenta del cariño y de la ternura que tantas personas me han manifestado en estos días.

En el momento de la despedida "oficial", al final de la Eucaristía dominical, tantas personas acercándose a saludarme cantando, danzando, y con unas palabras en la boca: "an gaæ debe, ko Lona njunuæu, ko nam haæ votta" (gracias, que el Señor te sigua acompañando en tu nueva misión como lo ha hecho hasta hoy mientras has estado con nosotros). Las lágrimas aparecían en mis ojos.

He visto rostros con mucha alegría, Monique, Suzanne, Timote, Fabrice, Henri, Rosaline, Saray, Elisabeth… La alegría de sentirse amado por el Señor. ¿Y no es esta la alegría del misionero, del enviado por el Señor para anunciar una buena y alegre noticia?. Monique, recuerdo el día que con su marido Prosper participó en la primera formación para parejas que habíamos organizado en la Parroquia. En el momento de compartir experiencias, se pone de pie, ella siempre tímida, como quien no quiere levantar la cabeza, y habla delante de todos, y de su marido, algo que en la tradición no se suele hacer, sobre la vida indigna que lleva en su hogar. Le dice a su marido todo el sufrimiento acumulado a lo largo de los años de vida en común… Desde entonces, cuanto camino recorrido juntos y cuanta dignidad ganada. Ayer, en el momento en que se acercó para saludarme con una gran sonrisa en los labios, recordé esas escenas.

Volviendo a casa, comentando con Ángel y Richard la jornada, dije: en este contexto de vida dura, difícil, con mucho sufrimiento, incertidumbre hacia el futuro, si nuestra presencia misionera logra transmitir alegría, gozo, esperanza, ilusión por una sociedad mejor… yo creo que estamos en el camino del Señor.

La celebración de la Eucaristía de ayer duró tres horas y media pasadas, y nadie se movía. Hasta me desafiaron para que danzase, yo que con la música y la danza no voy más allá del alcance de mi propia sombra.

Mañana por la mañana salgo hacia Camerún.

 

20 Octubre 2009

Me encuentro en Garoua. Antonio y Ángel me han acompañado. Habíamos previsto salir esta mañana temprano, pero en el momento previsto ha empezado a llover. Y como están las barreras de lluvia a lo largo de la carretera, hemos tenido que esperar un poco. Algunos vecinos han venido a saludar mientras esperábamos el tiempo reglamentado para abrir las barreras. Albert me ha dicho: "la lluvia es la bendición de Dios, y esta es la bendición que nos dejas".

He aprovechado para enviar un sms múltiple para saludar a todos los compañer@s sacerdotes, misioneros, misioneras de la diócesis de Pala: "Hay un tiempo para llegar y un tiempo para salir. Esta mañana, tomo el camino del Camerún (Bafoussan).Gracias por los años vividos juntos en la Iglesia-Familia de Dios de la diócesis de Pala".

Y entre los diferentes sms recibidos, uno de ellos ha sido muy simpático. Dice: "Même le ciel pleure ton départ" (Incluso el cielo -estaba lloviendo- llora tu salida).

 

Un abrazo. Fernando García Rodríguez

 

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